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SE IMPONDRÁ LA RAZÓN Y EL DERECHO

NOTICIAS LEON / INTERNACIONALES

El conflicto territorial entre Nicaragua y Colombia llegó a su fin. Fue un proceso altamente complejo, largo y carísimo, que inició el 6 de diciembre de 2001 y que culmina hoy, 19 de noviembre de 2012, tras 10 años, 11 meses y 13 días.

Para el doctor Norman Miranda, con especialidades en Derecho Internacional del Mar y en Derecho Aeroespacial, por la Universidad de Niza, Francia, la Corte Internacional de Justicia, CIJ, basada en la Convención del Mar, debe “desestimar las pretensiones extravagantes de Colombia”.

Miranda es del criterio que los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana pueden ser atribuidos a Nicaragua, “porque están incrustados en la natural plataforma continental nicaragüense, y porque quedaron fuera del Tratado Bárcenas Meneses-Esguerra”.

No obstante, el jurista señala la posibilidad de que la CIJ atribuya a Colombia el cayo de Quitasueño, “porque allí hay un faro, y es posible entonces que la Corte considere que sobre ese cayo Colombia manifestó ánimo y concreción de ejercicios posesorios”.

Respecto al resto de los cayos y bancos, como Albuquerque, Cayo Bolívar, Cabo Norte, Cabo Este, Cabo Sur-Este y Serrana, “aunque la Corte se los atribuya a Colombia, particularmente los dos primeros, por estar a solo unos 16 kilómetros de San Andrés, esto sería inocuo para Nicaragua, porque todos ellos no están permanentemente sobre el nivel del mar, y solo emergen a la superficie durante la marea baja. Llegarían a ser efímeros enclaves colombianos en las nuevas aguas marinas jurisdiccionales nicaragüenses”.

Para el especialista, la proyección mínima que se espera del fallo es que la Corte le reconozca a Nicaragua las 200 millas de plataforma continental y de su correlativa Zona Económica Exclusiva, como lo estipula la Convención del Mar, quedando en esa “nueva zona de adquisición” marítima nicaragüense, San Andrés, Providencia y su apéndice Santa Catalina, como enclaves insulares colombianos.

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