NICARAGUA GANÓ EL MAR DE LOS SIETE COLORES
NOTICIAS LEON / INTERNACIONALES
El territorio marítimo que Nicaragua ganó con el reciente fallo de La Haya es en realidad una enorme bodega llena de recursos marinos. Allí está gran parte de la reserva de biosfera Seaflower que hacía aparecer a su antiguo dueño, Colombia, como el segundo sitio en el mundo con la mayor diversidad de vida marítima.
Debajo de esas aguas no solo hay vida acuática, sino también un yacimiento de petróleo y probablemente gas, recursos minerales que son tan o más preciados que los marinos.
Los colombianos “pegaron el grito al cielo” cuando escucharon la parte final del fallo de la Corte Interamericana de Justicia (CIJ), entregándole a Nicaragua 200 millas desde sus costas de territorio marítimo, en detrimento del mar que antes era controlado por Colombia.
Esa parte del mar Caribe es muy rica en recursos para pescar. Y sus aguas son protagonistas de tonalidades que combinan azul, celeste, turquesa, verde, aguas cristalinas, arenas blancas y sedimentos calizos, por lo cual es conocido como el “mar de siete colores”.
Al perder ese territorio de mar, los colombianos dicen haber sacado la peor parte del fallo de La Haya, porque aunque ganaron todos los cayos perdieron una extensión grande de mar, o más bien un enorme banco de recursos marinos, petróleo incluido.
El primer rostro de aflicción se vio en la isla de San Andrés, cuyos habitantes viven esencialmente de la pesca, ya que consideran que el poco espacio de mar que les asignó La Haya es insuficiente para desarrollar la pesca.
Un ejemplo de la situación que viven los sanandresanos es el de la empresa Antillana, la más importante pesquera de San Andrés con 24 años de presencia en la zona, que según la revista colombiana Semana estudia cerrar su planta después de conocer el fallo de la CIJ.
Y es que el territorio del Caribe ganado por Nicaragua deja con poco espacio de mar al archipiélago de San Andrés, Providencia y Catalina, así como a los demás cayos.
En la primera parte del fallo la Corte Internacional dictaminó que los siete cayos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina pertenecen a Colombia y no a Nicaragua. Hasta ahí celebraban los colombianos.
Luego, la Corte decidió que corresponden a Nicaragua las 200 millas de zona económica exclusiva de las aguas circundantes a los cayos de Quitasueño y Serrana, que quedan enclavadas en 12 millas náuticas de la soberanía colombiana. De esa manera Colombia ganó los cayos, pero Nicaragua ganó mar.
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